sábado, 28 de febrero de 2009

Tolerancia

Para descender a mis propios infiernos, amorosamente y sin quemarme, reconocerlos como parte mía y aceptarlos, he necesitado de ella.

Para encontrar mi voz y pronunciarme –sin callar a los que amaba–, en muchas ocasiones me hizo falta.


Para seguir adelante con entusiasmo incluso cuando las cosas no son como quiero, por momentos y a ratos, es la única compañera.

Sara

jueves, 26 de febrero de 2009

Tema de la semana: tole-RANCIA

De repente tiene dos, cinco cabezas, para levantarse aplasta la tuya.
Para engrandecerse y ensancharse te escupe.
Se ríe de tus tristezas, tu cuerpo le sirve de micrófono, eres su gran escenario.
Porque él sí sabe actuar, él es especialista en todas las artes, alardea de su sensibilidad ante el mundo y el sufrimiento, ¡Qué altruista!, casi un mártir. ¡Él se nombra intelectual!, se compadece a sí mismo diciendo que ha tenido una vida difícil –que lo tuyo es mínimo a comparación de lo suyo- que tus aprendizajes no son nada -por supuesto- en comparación a los suyos, y así asquerosamente va vomitando en el camino. Tanto no se ve que te usa de foro.
Puedes estar dos, tres horas frente a él, y ni siquiera le importa conocer tu voz.
“¿Quieres un micrófono más grande? ¿No basta conmigo? ¿Te traigo a toda mi familia?
Mezquino”.

…………………

Que me quieras tanto cuando no te lo he pedido.
Tus dramas, los lugares comunes, las frases hechas, tus absurdas promesas a la nada. Que me mientas.
Que no te atrevas a decirme que no me quieres.
Tus manchas en mi verde, tu discurso cíclico que conozco de pe a pa, tu no-hacer.
Quiero patearte con todo y tu depresión, y así que te vayas rodando: sí, con tus dos ruedas de paralítico.

*C

miércoles, 25 de febrero de 2009

¿Tolerancia?

Durante años, Cristina soportó que su marido la golpeara (sólo de vez en cuando).También soportó las corbatas rosas de éste, y sus malos modales, y sus ronquidos en la siesta, y sus lagañas matutinas. Cristi (así le dicen quienes la conocen) asumió con resignación su papel de mujer sumisa, ama de casa, amante del un mal amante. Aguantó con maestría las humillaciones públicas a las que su marido Rodolfo (“el Guazón” para sus amigos) la expuso, como también toleró las ausencias nocturnas de éste (una vez por semana). Durante años, Cristi también padeció con asco contenido los besos toscos y apresurados (afortunadamente, cada vez menos frecuentes) de su marido y padre de sus tres hijos. Cristi, nuestra mártir, comprendió desde el primer mes de casada que su destino sería tolerar la indiferencia, los gritos, la falta de amor, la soledad. No importa: tal vez para eso había nacido.

Pero un día (como en los cuentos de hadas en los que siempre llega un día en el que todo cambia), Cristi conoció su límite y se voló los sesos, en el clóset de su casa. En la carta de despedida, decía: Lo he soportado todo, todo salvo aquello que aún no pasa.


VERA REYES

martes, 24 de febrero de 2009

Tema de la semana TOLERANCIA ; "Flores Marchitas"

Como flores marchitas vagamos por el mundo. Un mundo en donde imaginamos que al final del arco iris se encuentra un tesoro. Pero no es así.
He vagado, y he presenciado las más grandes atrocidades de este planeta. Somos tantas flores marchitas sin rumbo que no pude distinguirme entre la multitud. Me veía reflejada en las otras. Todas iguales, marchitas y grises, de ese gris que se apodera de uno cuando ya ha probado la felicidad.
Cabizbajas, se pasean de un lado a otro sin rumbo definido. Y no del rumbo indefinido del aventurero, si no de aquél que no tiene ganas de seguir. Nos hemos dejado morir solas. Pero, ¿cual podría ser la explicación?
Unas cargan muertes, otras cargan desamores. Unas llevan consigo decepciones mientras otras se rinden ante los obstáculos.
Yo, la flor marchita, gris y cabizbaja, voy por la vida luchando contra lo invencible.
El tolerar a mi yo interior.



D. Caram

lunes, 23 de febrero de 2009

Tema de la semana: TOLERANCIA

Que un buen día,
en la intolerancia frunza el seño el rey de los impertinentes
abriendo un paso diferente a una tal paloma de la paz.

***

Así mi tolerancia.
Cuando asiento mis manos que vibran
cuando mitigo el grito
cuando vislumbro el abrazo último
y poder sostenerme al limite,
para amarte en el reflejo
de lo que también soy.


Rebe

viernes, 20 de febrero de 2009

Ausencias

El tiempo hizo lo suyo
lo que sabe hacer
y en tu ausencia:
Sanó mis heridas
desdibujó el recuerdo
y transformó en cenizas…
lo que fuiste una vez.

Sara

jueves, 19 de febrero de 2009

Tema de la semana: Ausencia: Oquedad

Cuando él recorre mis piernas pienso en tus manos pequeñas que he observado cuando conduces, cuando las pones sobre la mesa, cuando encojes los hombros y te las llevas a los bolsillos; esas con las que proyectas hacia la nada y también cuando me tocas cautelosamente el hombro cada vez que nos despedimos diciendo un: “nunca sabemos que va a pasar”.

Cuando toco su rostro limpio pienso en tu barba poblada y en tus ojos frustrados que al final son los míos. Me acerco más a ti cuando estoy con otro.

Creo que ellos sienten mi nostalgia, que las lágrimas después del orgasmo evidentemente no es por ellos, es por ti y por tu vieja ausencia.

Perfecta mentirosa.

Sin retorno.

*C

martes, 17 de febrero de 2009

Tema de la semana: AUSENCIAS

He de asirme a la palabra para llegar aquí.
Tan lejana, casi extranjera.
Las tripas resuenan socavadas de añoranza. -sin azúcar, gracias-.
Caliente, como lava, para que se pueda sentir algo. Lo que sea, poco importa ya. No, no llega. No soy frío, menos calor. Soy un espasmo retardado. En potencia, siembre en potencia.
He de perforar mis orejas. No sangro.
Es momento de cercenar el vientre. No duele.
Me descalzo y camino entre vidrios, asceta urbano intenta lo perdurable.
¡Una huella, por favor! ¡La que sea! Mi cuerpo ha perdido toda memoria.
Soy una hoja en blanco, en repetición, blanco, línea, blanco, línea, blanco. Punto. Punto.
¿Puedo decir algo todavía?
Me he fugado de los otros, todos los espejos tienen mi rostro. No hay olor, no hay distancia. Me soy entera, en bruto, detesto la alquimia.

El rito comenzó hace varias horas, no, no son de las que puedes acumular entre manecillas.
Estas son otras horas. Las horas. Justo ese instante en que ahora tomo la hoja y dejo la tierra.
Detesto la alquimia.

Una sola cosa es la que impide darme del todo, una sola cosa. No la encuentro.
¡Huellas! Todas me las tragué en la madrugada, me he curado de espanto. Reviento en el espasmo. Dura un segundo. Otra vez la línea, otra vez el blanco.
La tinta se tiñe y se traiciona. Yo la veo y muerdo la hoja.

Estoy parada al filo de la ventana, nadie puede verme ya, soy una hormiga que recorre la ventana.
Tan lejana, casi extranjera.

Selene M.

lunes, 16 de febrero de 2009

Tema de la semana: AUSENCIAS

Y ya no hubo brillo en la mirada…. Era eso que se carece lo que se le había salido por lo ojos… no el amor...

***



La ventana abierta es
cuerpo sempiterno
Sin saberlo, se ha extendido el cuarto
y se instala la falta.
La habitación es ahora habitación-ventana-el sueño del otro lado del marco
dinamismo del vacío.
La ausencia, brisa nocturna que acaricia
proliferando el desafío de no cubrirse con la sábana,
modorra espera que acontece,
protegiendo
el violento insulto de cubrirme
para no sentir más frío.


***

Eufemismo de una mujer: “a su muerte la plenitud la acompañó”
Rebe

viernes, 13 de febrero de 2009

Tema de la semana: INICIOS



“Al recordar, nos descubrimos en comunión con nuestra alma”.
Jean Shinoda B.


Y es esta tarea autoimpuesta de recordar la que me tiene anclada en la tierra de la melancolía…

Tristeza tibia que me cala y forma parte de mí como la médula de mis huesos.
Tristeza honda y serena, por momentos incómoda, pero cada vez más generosa y pródiga.
Tristeza fecunda que con delicadeza y respeto me confronta y anima. Motor preciso y a tiempo que potencia mi esperanza.
Tristeza convertida en silencios propios y en ávida escucha.

Pulsión heredada, amorosa y férrea que me lleva irremediablemente al perdón, destino final anhelado y punto de partida para levar anclas, sólo entonces, renacida, renombrada y gozosa me hago de nuevo a la mar… una y otra vez… vuelvo a empezar.

Sara

jueves, 12 de febrero de 2009

Tema de la semana: Inicios -Y matar la hipocondria-

Hay una lista de pendientes clavados en un pizarrón de corcho que desde el dosmilocho observa: mejor se vuelve a cubrir el rostro con una almohada.

Un texto por escribir, un nuevo trabajo que buscar, llamadas por devolver, un boleto de avión por comprar, reservar en algún hotel barato, desenamorarse y volverse a enamorar también están en la lista de pendientes. Es el dosmilnueve, -¿Cómo lo dejaste llegar?-se dice a sí misma, si aún se encuentra resolviendo lo del dosmilcinco.

Limpiar la habitación en la que parece hubo una guerra, dejarse crecer las uñas, beber menos café, reír más, aprender francés, volver a viajar, ir al médico por aquello de la salud, leer más cosas mundanas y ser menos trágica, aprender que si duerme con las ventanas abiertas en verano no se resfriará, volver a tener agallas para irse de casa. Asistir a algún curso de esos en los que prometen que se dejará de soñar con el ser amado. ¿Dormida o despierta?- se pregunta.

Enciende la cafetera y ésta se derrama, cada una de las mañanas que han transcurrido del nuevo año olvida llegar a tiempo. Llegar a tiempo a la estufa. Llegar a tiempo a él, llegar a tiempo para sí misma. Parecía que lo único que marcaba el año nuevo, con todos esos gozos y promesas, se quedó en la copa de champaña de la noche más vieja del año.


*C

miércoles, 11 de febrero de 2009

Tema de la semana: INICIOS

El anonimato marcó la carrera del inicio.

***

LECCIÓN DE GEOGRAFÍA (ERRÓNEA)

Si fuéramos continentes, tú serías África y yo sería América.

Si el Océano Atlántico se evaporara, las fuerzas (¿qué tipo de fuerzas?) nos harían finalmente embonar.

Poco a poco, nos iríamos acercando (por simple magnetismo, ya lo decidí). Si los mares no se evaporaran, podríamos simplemente navegar: África dirección América, América dirección África. Llegaría el momento en que estaríamos frente a frente y sin apenas espacio de por medio. Entonces descubrirías mi posición fetal y te darías cuenta de que, desde que los mapas existen, mis ojos han visto hacia el oriente (¡y tú creyendo que te contemplaba desde la distancia!). Dispuesto a protegerme, con tus brazos envolverías mis lagos y montañas, y cubrirías mi espalda con la suave y cálida presión de tu pecho. Me dirías que no importa la dirección a la que apunta mi cara, porque lo esencial es que nuestros cuerpos embonan perfectamente el uno con el otro. Así, entonces, uniríamos los países de tu continente con los del mío, formando un nuevo y enorme espacio, al que para evitar problemas, dejaríamos sin nombre.
Sería el inicio de nuestra historia.

***

Inició la carta diciéndole “te dejo”. La terminó diciéndole te quiero. Así, todo volvió a comenzar.

***

¿Qué fue primero: el huevo o la gallina?
Primero, se sienta, prende un cigarro y reflexiona.
Poco antes tomó un baño y tecleó palabras de jabón. Luego preparó un café.
Contempla la pantalla, hurga en los recuerdos, piensa en el futuro, busca una frase inicial. Pero antes, piensa, decidió leer lo que otros han escrito. Y antes, antes de todo, aceptó la invitación.
La noche anterior había llorado.
¿En qué momento comenzó todo?, se pregunta.

***
Empezó por reinventarse. Después, todo fue más fácil…





VERA REYES

domingo, 8 de febrero de 2009

Tema de la semana: INICIOS

Lo que está de más, lo que importa, lo menos y los demás. La suculenta perfección de la línea creando un horizonte. ¿Y es el horizonte esa grieta en el medio de donde la vista se convierte en pantalla? Hay ocasiones en que podemos ver en dos d, y ahí es cuando la cosa es más sencilla, sin volumen, sin textura, un plano sobre otro plano, dos planos que se dicen retrato.
El árbol pierde movimiento, se escucha el viento, se siente pero ya no se ve, ahora todo es en dos dimensiones y nada más. La tercera será guardada para tiempos peores.
Frenético deseo de algunos pintores, dejar al óleo lo que el ojo recorre. Y aquí se pinta al revés, aquí el ojo quiere ser óleo sencillo, plano.
El horizonte es entonces la eternidad de la grieta.
La grieta es entonces el dedo en la boca de Dios. Y se lo juega para nosotros, y se lo juega a pesar de nosotros.
Las hay de muchas formas, tamaños y colores. Hay una, petulante como ella sola, humilde como pocas. Es esa dónde lo cristalino se convierte en etéreo, la ligera línea casi imperceptible del mar con el cielo, y bueno, eso es solo de día, de noche es un marcielo. Como una cicatriz que se oculta lasciva de penumbra. El cielo que no es tal, el mar que no cae. Qué maravilla una esfera giratoria repleta de agua que no termina de caer jamás. Así se vuelca el estupor ante la majestuosa sencillez de lo dado.
Se es en esa pausa en que el movimiento recobra fuerza, el suspiro indomable ante el salto, los dedos al borde del precipicio, los párpados apretados como si quisieran pertenecerse antes del roce entre los labios.
Llega la jaqueca en el salto sin caída, se rompe el misterio y se muestra ahí, hueco.
El placer de saltar por las ansias locas de no caer jamás, de seguir al viento y convertirse en una molécula más. Si tan solo nos fuésemos indivisibles.
Yo sería una roca. Y ahí posaría la fuente del silencio. Ella sería una antena, forjada con el fuego más intenso.
Se escuchan a lo lejos sus pasos, es una jauría de perros hambrientos, camina como si la tierra fuese suya y la corrompe a cada paso.
La roca no puede temblar, esta decidida a no esperar.

Selene Maldonado