Cuando él recorre mis piernas pienso en tus manos pequeñas que he observado cuando conduces, cuando las pones sobre la mesa, cuando encojes los hombros y te las llevas a los bolsillos; esas con las que proyectas hacia la nada y también cuando me tocas cautelosamente el hombro cada vez que nos despedimos diciendo un: “nunca sabemos que va a pasar”.
Cuando toco su rostro limpio
Creo que ellos sienten mi nostalgia,
Perfecta mentirosa.
Sin retorno.
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