domingo, 8 de febrero de 2009

Tema de la semana: INICIOS

Lo que está de más, lo que importa, lo menos y los demás. La suculenta perfección de la línea creando un horizonte. ¿Y es el horizonte esa grieta en el medio de donde la vista se convierte en pantalla? Hay ocasiones en que podemos ver en dos d, y ahí es cuando la cosa es más sencilla, sin volumen, sin textura, un plano sobre otro plano, dos planos que se dicen retrato.
El árbol pierde movimiento, se escucha el viento, se siente pero ya no se ve, ahora todo es en dos dimensiones y nada más. La tercera será guardada para tiempos peores.
Frenético deseo de algunos pintores, dejar al óleo lo que el ojo recorre. Y aquí se pinta al revés, aquí el ojo quiere ser óleo sencillo, plano.
El horizonte es entonces la eternidad de la grieta.
La grieta es entonces el dedo en la boca de Dios. Y se lo juega para nosotros, y se lo juega a pesar de nosotros.
Las hay de muchas formas, tamaños y colores. Hay una, petulante como ella sola, humilde como pocas. Es esa dónde lo cristalino se convierte en etéreo, la ligera línea casi imperceptible del mar con el cielo, y bueno, eso es solo de día, de noche es un marcielo. Como una cicatriz que se oculta lasciva de penumbra. El cielo que no es tal, el mar que no cae. Qué maravilla una esfera giratoria repleta de agua que no termina de caer jamás. Así se vuelca el estupor ante la majestuosa sencillez de lo dado.
Se es en esa pausa en que el movimiento recobra fuerza, el suspiro indomable ante el salto, los dedos al borde del precipicio, los párpados apretados como si quisieran pertenecerse antes del roce entre los labios.
Llega la jaqueca en el salto sin caída, se rompe el misterio y se muestra ahí, hueco.
El placer de saltar por las ansias locas de no caer jamás, de seguir al viento y convertirse en una molécula más. Si tan solo nos fuésemos indivisibles.
Yo sería una roca. Y ahí posaría la fuente del silencio. Ella sería una antena, forjada con el fuego más intenso.
Se escuchan a lo lejos sus pasos, es una jauría de perros hambrientos, camina como si la tierra fuese suya y la corrompe a cada paso.
La roca no puede temblar, esta decidida a no esperar.

Selene Maldonado

2 comentarios: