miércoles, 17 de febrero de 2010

"Tan viejos los que fueron"

Las manos fuertes sobre la cadera temblorosa, tomó lo que en ese instante se le entregó como un niño que aprende a caminar. Dejó a un lado la cortesía y desabrochó el pudor, tenía tan pocas ganas de contener el simulacro festivo.

La voracidad de la boca fue aún más fuerte que las ganas de ser eso que no muestra las ganas.

Dejó los tacones a medio andar, las medias cedieron ante la pasión de dos cuerpos que se saben sedientos de piel.

Cerraba los ojos para sentir-se. El la tomó como se toma lo que se conoce de tiempo, ella ni siquiera lo tocó.
-no quiero nada serio-
-¿quién te habló de eso?-

Sonrisa a medio cuajar, abrazos frenéticos, la jodida mañana que se acerca.
“Ya veremos” ( dijo el ciego) .

Lunática

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