sábado, 11 de abril de 2009

Tema de la semana: Autodestrucción "De los hambrientos"

Progresiva, en aumento, alevosa ¿existe? No me importa, sé que la tengo.
Son esas jodidas ganas de partirme en mil pedazos, de partirme hasta el último hueco. Todas las células envenenadas de esta alienación.
Me repito en cada instante, como una fiera esperando ser devorada, porque la fiera ha devorado lo suficiente para entregarse sin rito a la muerte.
Que vengan las bestias y me traguen poco a poco. No, no hay más bestias.
Comienzo a lamer mi dedo, es tan suculento, no puedo contenerme, tengo que morderlo, que delicia sentir la sangre escurriendo por la garganta, quiero mutilarme entera.
Si, una mutilación entera.
Ahora tomo mi brazo, lo muerdo también, ha caído junto al dedo- delicia tal, los trozos escurriendo-.
Y siguen aquí las deliciosas ganas de tragarme, quiero comerme, quiero estar dentro de mi, l i t e r a l m e n t e.
Maravilloso festín, el más suculento de los platillos, he tomado mi sexo, lo muerdo, no soy más mujer, soy una bestia en cuatro patas, pierdo las palabras... bestia, bestia, bestia.
Aquí otra vez, por un segundo olí mis entrañas, no puedo contenerme, tengo que tragarlas también, devorar todo lo que he devorado hasta vomitar el pasado.
No, no puedo contenerme, lo intento, juego a que me trago, no puedo. No me contengo, no me lleno, no me soy en alimento, devoro lo hueco, no puedo tragar mi cara, apenas si rozo un labio. . . tan mierda esta situación que en la cúspide de mi cena he quedado petrificada.

Lunática

2 comentarios:

  1. ¡Bestial! a mí también me dieron ganas de tragarme.
    Eres... qué te puedo decir ¡toda tú!

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