martes, 10 de noviembre de 2009

Vencidos

Hago el ejercicio de tomar un autobús, carretera para pensar “quizá sólo para eso fueron hechas” divago. Viajes largos, un montón de desconocidos y el asiento de al lado vacío. Porque la habitación para uno siempre es más costosa. La voz de todas nuestras madres: la quiero callar y decir “eso no es cierto, a mí no me pasará”, pero cierro la puerta de la habitación y asiento la cabeza, quizá ella tenga razón.


C.

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