martes, 10 de marzo de 2009

Tema de la semana: VIOLENCIA "Como al prinicpio"

Me despertó el sonido del teléfono. No recuerdo en qué momento me puse a soñar, pero ya estaba de regreso. Logré olvidarlo por unos instantes. Sin embargo, las heridas en mi cuerpo eran de esas que son más dolorosas cuando no sangran.

Sus palabras parecían ser parte de un disco rayado, el cual era imposible de detener. La música que emanó de su boca, poco a poco se iba adentrando en mi piel. Algunas veces no podía sentirlo. Otras, mi cuerpo se retorcía como si estuviera sobre una hoguera.

Busqué mi bolso. No es que fuera indispensable para mi partida, sino que me invadió la idea de que podría hacerme sentir mujer. Otra vez.

Bajé las escaleras. Iba corriendo como si me estuvieran acechando. Pasé tan rápido, que no logré descifrar cuántos pisos había recorrido.

Por fin salí. Cerré mis ojos y abrí mis brazos, simulando una cruz con mi cuerpo. Respiré hondo. Despegué del suelo mis talones y me elevé hacia la nada simulando un espiral.

Sentí paz. Sus palabras se habían ido.

De pronto, pude verlo. Ese rostro podría reconocerlo a miles de kilómetros de distancia, pero no lograba comprender que había diferente esta vez. Él lloraba, yo no lo entendía.

Te tomé entre mis brazos, como aquella noche llena de estrellas en la que dormías en mi pecho. Yo, acariciaba tu pelo. Tú, intentabas encontrar mi perdón.

Descubrí que había muerto y aún seguía amándote como al principio.


Daniela Caram

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